Todo va deprisa. Tanto, que en el camino no me da tiempo a parar, a fijarme en los detalles, a comprobar que estoy entrando en una selva de manglares. Una jauría de pájaros que vuelan a mi alrededor, y me acompañan, vaya donde vaya. Ahora más que nunca. Quizás esto sea lo que tanto buscaba. Ciertamente si, diría que si.
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