Sueña sin alcanzar ventura.
Llora desconsoladamente por aquello que debería impregnarla de júbilo y no cumple con su fin.
El cielo también llora, acompaña su llanto y con sus truenos mece su desdicha.
Por suerte el tiempo es fugaz y la verdad, un transeúnte malherido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario