Hay algo en el cielo, algo cegador y argénteo.
Quizás se trate de un ser contrahecho, roto de cara y alma.
O él, sin ser nadie, queriendo reirse de ti o contigo.
Pero, que quieres, algo etéreo no me inspira mucha confianza.
¿Y por qué debería hacerlo?
La orbe da para mucho, ¿sabes?
No hay comentarios:
Publicar un comentario